Sendero Torre del Tajo
Hacer el sendero Torre del Tajo desde Zahara de los Atunes
Si queremos hacer una pequeña excursión, este es un recorrido corto y muy versátil ya que permite contemplar tanto unas magníficas vista de la costa, como diversas especies de flora y fauna únicas de la zona. El tramo comprende unos 5 Km. de longitud entre los Caños de Meca y Barbate. El itinerario que recomendamos comienza tras las últimas edificaciones de los Caños, subimos por la ladera de la duna hasta alcanzar el borde del acantilado; el camino aquí se perderá entre la vegetación.No obstante, es fácil el tránsito por el pinar y sin posibilidad alguna de pérdida si nos mantenemos a poca distancia del acantilado. El pinar de Barbate, o de la Breña, está formado en su mayor parte por pinos piñoneros, acompañados por pies dispersos de pino carrasco. Las especies de arbustos dominantes son: lentisco, coscoja, sabina, jaguarzo, madroño, palmito y durillo. En gran parte el matorral ha sido eliminado para prevenir incendios y facilitar los trabajos de explotación del pinar. Cerca del acantilado es donde encontramos la vegetación más desarrollada aquí; coscojas, madroños, lentiscos y sabinas de tres metros de alto forman un estrato homogéneo cubierto por zarzaparrillas, jazmines esparragueras y clemátides.
Fauna, geología... y la Torre del Tajo
En el pinar podemos encontrar una gran colonia de aves que se ha instalado a lo largo del acantilado. El gran número de parejas que utilizan este acantilado para criar se explica por los escasos farallones que existen en esta costa, pues el litoral gaditano es practicamente llano, y por la relativa inaccesibilidad y aislamiento de que disfrutan aquí. Desde el año 1976, se viene instalando una colonia de cría de garcillas bueyeras, provenientes en gran parte de la dasaparecida laguna de la Janda, que ha ido aumentando en número hasta convertirse en la más importante de la provincia.
La segunda ave en importancia es la gaviota argentea aquí cuenta con su única colonia de cría del litoral subatlántico. La población la constituyen unas 500 parejas, que buscan sus fuentes de alimento en los puertos pesqueros cercanos y sobre todo en el de Barbate y playas cercanas.
Otras aves que utilizan los riscos del acantilado para criar son la grajilla, paloma bravía, lechuza, cernícalo vulgar y el halcón peregrino, que aprovecha las migraciones de aves para procurarse presas fáciles con las que sacar adelante su pollada. Hasta 1950 se criaron aquí las aguilas pescadoras, pero hoy sólo son una especie más para añadir al libro rojo de la fauna gaditana. Seguimos caminando y observamos que el acantilado está formado por areniscas calcáreas y arcillas del Mioceno Superior. La disposición horizontal de estos materiales postorogénicos es lo que permite la formación, por efecto de la erosión marina y eólica, de gran cantidad de cornisas que son aprovechadas por las aves para construir sus nidos.
La presencia, en la base del acantilado, de materiales arcillosos motiva la aparición de múltiples manantiales que drenan el agua de las areniscas y dunas de los niveles superiores. Pasada media hora de paseo por el pinar, llegamos a una pista que nos lleva directamente a la Torre del Tajo. Esta torre formaba parte del conjunto defensivo de la costa gaditana, las llamadas torres almenaras. La torre, también llamada de la Tembladera, fue construida en el siglo XVI, con la misión de servir de vigía ante los ataques de los piratas turco-berberiscos. Desde este punto, el más elevado del farallón, se divisa Barbate, con su puerto y marismas, Zahara de los Atunes, Punta Camarinal y las montañas que rodean a Tánger. El agua es de un color azul transparente que permite, incluso a muchos metros de la orilla, ver con total nitídez el fondo del mar. Pasada la Torre, el camino sigue por el borde del acantilado descendiendo hasta el puerto pesquero de Barbate. La duración del recorrido es de hora y media.