Playas
Las Playas de Zahara de los Atunes
La Playa de Zahara de los Atunes (Playa del Carmen)

De trazado practicamente rectilíneo y dispuesto a lo largo de la dirección NO-SE, presenta un avanzado estado de evolución, caracterizado por la casi perfecta simplificación de la linea de costa. Aunque la frecuencia y la fuerza de los vientos del Este siguen siendo muy altas todavía en esta playa, sin embargo los de Poniente son los que realmente ejercen su influencia en la morfología de las orillas, habida cuenta de su capacidad para producir fuertes oleajes del SO y determinar la resultante de componente NO de las corrientes litorales. En las proximidades de Zahara, en la desembocadura común de los arroyos Candalar y Zarzuela, el depósito litoral de arenas la tapona totalmente y genera detrás un encharcamiento permanente. Unicamente las avenidas y las mareas vivas pueden abrir un canal sobre el depósito de playa, por donde se vierten al mar esporádicamente las aguas dulces y las saladas que, previamente, fueron encauzadas en la embocadura por la pleamar. Estos 2 Km., son los que bañan el pueblo y terminan en el comienzo de la carretera de "Atlanterra".
Playa de Atlanterra

Playa de los Alemanes

Ensenada de Bolonia

Bolonia es una de esas pocas playas donde la vegetación llega todavía hasta la misma arena sin carreteras ni bloques que rompan el paisaje.
En los vallados hay chumberas que, aunque originarias del continente americano, se han adaptado perfectamente a nuestra tierra. En los bordes de los regatos, al filo mismo de las olas, hay cañas y tarajes.
A la derecha, un pinar llega hasta la misma duna. La pequeña talla de los pinos y su porte achaparrado dan idea de la dificultad de adaptación a unas playas expuestas constantemente a los fuertes y secos vientos de Levante.
Al final de la ensenada, y no sin dificultad, remontamos la gigantesca duna. En sus vertientes sólo es capaz de resistir la movilidad del sustrato una gramínea, la "Ammophila arenaria". A pie de la cara de sotavento, hay una pequeña plantación de eucaliptos, sin duda con la intención de contribuir a la fijación de la duna.
En el mismo acantilado hay Plantago coronopus y perejil de mar. En casi toda la ensenada se puede ver una planta introducida desde Africa del Sur para fijar la dunas, es la uña de león. En la ensenada de Bolonia abundan los conejos, abubillas, golondrinas, grajillas, milanos y aguiluchos cenizos.
En esta ensenada, los vientos de Levante han transportado, lenta pero constantemente, los granos de arena que el mar deposita en la playa; este fenómeno ha dado lugar a una serie de dunas en la parte occidental que culminan en una gigantesca duna de más de 30 metros de altura. Este complejo de dunas vivas ha sido fijado por un sistema simple y curioso. Se ha construido una empalizada de cañas y retamas en su cresta para impedir a la arena, que empujada por el Levante sube por la cara de barlovento, caer por la de sotavento; así la duna no puede trasladarse.
La importancia de los fuertes vientos de Levante, y en menor medida los de Poniente, sobre el modelado de esta playa es tal que difícil sera visitarla dos veces sin encontrar cambios importantes en su paisaje.
En marea baja puede verse una pequeña barra litoral, que da lugar a una laguna.
El hecho de estar orientada frente a los temporales de Levante parece indicar que son estos vientos los causantes de su crecimiento por los aportes de arena de las corrientes de deriva que ocasionan.
Itinerario recomendado:
Se puede recorrer la ensenada por la orilla, subir al pinar y a la duna y llegar a Punta Camarinal. Los accesos a las playas colindantes se hallan dificultados por existir terrenos militares a ambos lados de la ensenada.
Zonas de acampada:
Se puede hacer acampada libre en la parte derecha de la playa, bajo la duna.