Tarifa
Tarifa
Es el municipio campo gibraltareño más extenso y el que más famoso se está haciendo últimamente fuera de los confines andaluces y de las fronteras españolas. En sus 414,5 Km2 de término están las costas europeas más cercanas a Africa en el estrecho donde se mezclan las aguas del mar Mediterráneo con las del océano Atlántico.
Etimología:
Tarifa; de Tarf (punta o parte de termino que notable y señaladamente entra en el mar). No obstante, ha sido parecer de ciertos autorizados autores que viene de la voz Tarif, el caudillo árabe. Maccari y el compilador que escribió el libro "Abjar Macmná" (colección de tradiciones) expone que tomó el nombre de Tarif por haber desembarcado en ella el caudillo de dicho nombre, conocido por Abó Zorá. En un tiempo al igual que en Vejer, reinaba como una añoranza mora aquella costumbre de las mujeres llamadas "cobijadas", porque ocultaban casi todo su rostro a aquella fortaleza donde Guzmán el Bueno llevase a cabo aquella hazaña de permitir la inmolación de su hijo por el enemigo antes que entregar la plaza que gobernaba. También en los muros de esta ciudad tuvo efecto aquella batalla denominada del Salado, en 1.340, reinando Alfonso XI.
Situación y actualidad de Tarifa:
Situada en las últimas estribaciones de la sierra de Aljibe con sus bosques de alcornoques y arroyos donde funcionan los últimos molinos de agua de la comarca; inmensas llanuras dedicadas al cultivo de cereales y a la cría de ganado vacuno; grandes peñas y riscos donde anidan densas poblaciones de buitres; kilómetros de playas de aguas cristalinas y arenas blancas que han conservado su estado casi virginal hasta hace muy poco; y uno de los mayores parques de energía eólica de Europa cuyos aerogeneadores tienen el record mundial de producción media diaria, con 8,15 horas de funcionamiento al día.
Con 15.000 habitantes de derecho y una densidad de 35 personas por Km2, Tarifa ha comprobado desde la década de los 80 cómo el viento, que hasta entonces era considerado casi una maldición por sus habitantes, se ha transformado en el principal atractivo para un tipo de turismo que está ayudando a mejorar la economía de la ciudad, tradicionalmente dependiente de la agricultura, la ganadería y la pesca y algunas pequeñas industrias conserveras.
El, viento sea de levante o de poniente, sopla aquí con una tenacidad y una virulencia superiores a cualquier otro punto de España. De Ahí que los tarifeños hayan ironizado sobre el eslogan oficial que reza "Tarifa, paraíso entre dos mares", añadiéndole en andaluz una nota explicativa: "Sí, la mare que parió al levante y la mare que parió al poniente". Hoy, los dos vientos son recibidos con igual entusiamo por los miles de jóvenes que acuden, incluso en los meses de invierno, a practicar su deporte favorito, el de las tablas deslizantes a vela, o windsurfing, en las playas de Los Lances, Punta Paloma o Bolonia. Gracias a ello han florecido hoteles, restaurantes, pensiones, tiendas de deportes, y todo tipo de negocios que se nutren de una clientela cada vez más numerosa y fiel.
Hacer este desarrollo compatible con la conservación del paisaje y de sus zonas naturales protegidas-Tarifa es cada año paso obligado para decenas de miles de aves migratorias que atraviesan el estrecho en sus viajes de ida y vuelta a Africa- es una asignatura pendiente, pero todavía posible de aprobar por las administraciones competentes.