Cádiz
Visita a Cádiz desde Zahara de los Atunes

El mar suaviza el clima de Cádiz, refresca el ambiente en verano y lo templa en invierno, permitiendo que la temperatura sea constante y agradable. En Cádiz el viento marca: el norte, el más frio en invierno, limpia el cielo de nubes y deja el ambiente claro y una gran visibilidad en el horizonte.
El poniente trae humedad y a veces lluvia, y el sur, acompañado de nubes, deja sobre Cádiz una luz tan blanca que el paseante recurrirá, con toda seguridad, a sus gafas de sol para poder contemplar la ciudad. El viento de levante, es el más temido por los veraneantes, por ser seco y caluroso.
La gente de Cádiz tiene fama de ser agradable y simpática. Provoca la sonrisa del visitante oir a un gaditano charlar un rato. Al no ser consciente de su gracia, el gaditano se hace más accesible; y sin presumir demasiado de su ciudad, es muy generoso y hospitalario. La vida en Cádiz es callejera, el clima lo atestigua. A su paso se encontrará numerosas terrazas donde sentarse a comer o beber un trago. En verano, la playa por la noche, esta invadida de grupo de jóvenes que le dan un aire festivo. Dentro de Cádiz se distinguen dos zonas diferentes y separadas por el límite de las Puertas de Tierra, antiguas puertas que defendían la ciudad. Así, lo que queda a un lado de las Puertas de Tierra es el casco antiguo o centro, lo que el de Cádiz identifica como la verdadera "Caí". Lo que queda al otro lado es la zona de Extramuros, también llamada "Puerta Tierra", que corresponde a la parte moderna de la ciudad en cuanto a edificación e historia. Por eso no se sorprenda, cuando en la zona de Puerta Tierra dentro de la ciudad de Cádiz, alguien diga "voy a Cádiz". Significa que alguien va al centro ó casco antiguo.
La ciudad vieja se construyó sobre un gran peñasco rodeado por el mar, de modo que aún hoy se tiene la agradable impresión de estar rodeado por el óceano. Una sola vía rápida comunica esta ciudad antigua fortificada con el continente. La Tacita de plata, como se la conoce, tiene cantidad de rincones acogedores, entre ellos, no debeis pasar por alto dos visitas: un atardecer en la playa de la Caleta, llena de barquitas y con un faro al fondo, y dar un paseo en el famoso "vaporcito del puerto". Aunque existen multitud de monumentos y sitios interesantes para conocer, nosotros vamos a señalar los más represantivos para ver en un día.
¿Qué ver en Cádiz?
Puertas de Tierra
Frontera de los dos Cádiz, el Cádiz antiguo, amurallado, y el nuevo, de tierra ganada al mar, las viejas puertas del Cádiz datan de la segunda mitad del siglo XVII, aunque pronto se vieron insuficientes, por lo que se encargó al ingeniero Sala, en 1728 una reforma que atendiera tanto al lienzo de murallas como a los baluartes y defensas del frente de tierra.
Mas fue Juan Martín Cermeño, en 1571, quién prácticamente cierra el trabajo, salvo el proyecto de puerta y fachada, que lo realiza Cayón en la segunda mitad del siglo XVIII, dando una nota diferencial al introducir el marmol y el academicismo de la época.
En este siglo se hicieron las reformas definitivas y se dota a la vieja puerta de entrada a la ciudad, de dos accesos, para lo cual se abrieron dos arcadas artificiales. Es muy reciente la poda de la vegetación que cubría parcialmente el lienzo de las puertas, con lo que se descubrió la totalidad del conjunto defensivo.
La Catedral

La planta es de cruz latina, con tres naves, una girola amplia y capillas laterales, con columnas corintias sobre las que descansan bóvedas con decoración neoclásica. La fachada muestra mucho movimiento por la alternancia de las formas cóncavas y convexas. Sus tres pórticos, con columnas corintias, están rematados por un gran arco con frontón triangular. Las portadas laterales terminar en dos torres octogonales con tres cuerpos.
Digna de ver es su cúpula, cubierta de azulejo dorado, que refulge desde el mar y da al conjunto monumental una gran majestuosidad.
Barrio de la Viña

Es el más popular de Cádiz y ha irradiado su personalidad a toda la población gaditana. El caserío del barrio es modesto, de casas de dos o tres plantas y una placita no muy grande, sin mayores adornos, llamada del "Tío de la Tiza" en honor a uno de los más famosos comparsistas gaditanos.
Bulliciosa en el febrero carnavalesco, conserva el aire de barrio abierto y festivo en los veranos, donde se degusta la caballa asada con piriñaca y el pescado frito de la bahía, todo bien regado con vinos chiclaneros, presentando una estampa familiar y amigable.
Las plazas del casco antiguo

El oratorio de San Felipe Neri

Playa de la Victoria

En verano nos ofrece la posibilidad de un agradable chapuzón para refrescarnos de los calores de este extremo de Andalucía, mientras que en invierno nos invita a un relajante paseo. Se accede desde la Avenida Andalucía.