Barbate
Barbate está situada al Sur de la provincia de Cádiz, y se desarrolla logitudinalmente a lo largo de la costa atlántica. Su red hidrográfica la constituye el río del mismo nombre, que atraviesa su término municipal.
Barbate, toma su nombre de su rio y que los romanos llamaron Belón, así como los árabes denominaron Barbate.
A sus orillas, en la Janda, tuvo lugar la batalla que igualmente se atribuye dada junto al Guadalete -que significa olvido-, por Jerez de la Frontera. Es tierra de laboriosos pescadores, cuyas barcas son como palomas sobre nuestro mar Atlántico.
Algo de Historia y actualidad de Barbate:
Los yacimientos encontrados en el termino municipal de Barbate nos hablan de que la presencia humana tiene en estas tierras unos orígenes que se remontan a la Prehistoria. Aunque es de suponer que ya los primeros pobladores de las costas barbateñas conocían y aprovechaban la riqueza de su litorial, fueron los fenicios los que primero explotaron estos recursos de forma organizada. Fueron ellos los que mediante el sistema de almadraba y la salazón del pescado así obtenido hicieron de la primitiva Barbate un centro exportador conocido en todo el Mediterráneo.
Pero es sobre todo durante la dominación romana cuando la zona cobra mayor entidad. Los primeros testimonios escritos nos hablan del puerto de Baesippo, situado al parecer en la desembocadura del río Barbate y que se convierte pronto en un próspero enclave debido a su industria pesquera y de salazón heredada de los fenicios. La llegada de los pueblos del Norte a la Península Ibérica no tendrá en Barbate una repercusión positiva hasta la aparición de los visigodos, que erigen varias ermitas como las de Nuestra Sra. de la Oliva, San Ambrosio y San Paulino. Esta etapa cristiana se rompe en el siglo VIII fecha del desembarco musulmán en Andalucía. En poder de sus conquistadores la zona pasa a denominarse Barbat, nombre que recibía su castillo.
La influencia musulmana se deja sentir notablemente en todo el actual término municipal de Barbate con especial atención al desarrollo de la agricultura. Es entonces cuando debió construirse en Los Caños de Meca la torre-vigía del cabo de Trafalgar, nombre con el que pasó a conocerse a partir de entonces.
Ya desde esta época se encontraba unida a Vejer, siendo tomada con ésta en 1250 por las tropas de Fernando III. Recuperadas por los musulmanes poco después, la conquista llega con Alfonso X, aunque la zona sufrirá continuas incursiones norteafricanas hasta muy entrada la Edad Moderna.
La Barbate cristiana es a partir del siglo XIII una pequeña aldea dependiente de Vejer de la Frontera que controla el acceso hacia el interior por el río, entonces navegable, hacia el muelle situado en la Barca de Vejer.
En los inicios de la centuria siguiente es entregada, junto con Vejer, a don Alonso Pérez de Guzmán. Desde el siglo XV los Guzmanes, ya como duques de Medina Sidonia, disfrutarán de los beneficios que les reportan las almadrabas. Es en estos años y tras un ataque portugués cuando el Duque manda levantar el Castillo de Santiago en la entonces desembocadura del Barbate (actual Faro). Durante toda la Edad Moderna esta zona congregaba a una numerosa población, sobre todo en los meses que van de Mayo a Noviembre, cuando se realizaban las labores del atún. Compuesta por aventureros y gentes de muy diversa condición. La dificultad del trabajo unida a la peligrosidad de las costas por el continuo peligro de una atque berberisco eran en la mayoría de los casos los responsables de esta situación.
En los inicios del siglo XIX un acontecimiento bélico convierte a Barbate en el centro de atención de la politica nacional. Aliada del ejército francés, la armada española al mando de Villeneuve sufrió una terrible derrota el 21 de Octubre de 1805 frente a la escuadra inglesa dirigida por Nelson. Posteriormente, el devenir del siglo conoce el aumento de la población barbateña, que comienza a instalarse de forma definitiva para participar en la industria pesquera y de salazón. Muy pronto, a comienzos del siglo XX, la aldea empieza a tener serias dificultades para adaptarse a este crecimiento, lo que provoca continuos roces con el Ayuntamiento de Vejer y alimenta los deseos de independencia.
La guerra Civil será el escenario de la deseada segregación de Barbate, que junto con Zahara de los Atunes se separa de Vejer de la Frontera en 1938, lo que repercute pronto en sus habitantes, acometiéndose todas las obras demandadas.
A partir de entonces se desarrolla aún más la industria pesquera y sus derivados, haciendo crecer a la economía barbateña y a su población, proceso sólo interrumpido por las crisis del sector. En la actualidad, Barbate ha sabido unir a sus actividades tradicionales la explotación de los recursos turísticos que ofrece su magnífico litoral.