Entorno Barbate
Alrededores de Barbate, visita desde Zahara de los Atunes
Entorno natural de Barbate:
Atendiendo a sus características físico-naturales, en Barbate se distinguen cuatro grandes unidades ambientales:
La Sierra del Retín:
Ultima prolongación de la sierra del Aljibe hacia el litoral, donde la vegetación ha sido casi destruida. En los macizos quedan algunas asociaciones de alcornoques (Quercus suber) con acebuches (Olea europaea). Aparece también un matorral denso muy degradado de jara (Cistus populiolius), rusco (Ruscus aculeatus), mirto (Myrtus communis), malva (Malva hispanica), coscoja (Quercus coccifera), brezo (Erica spp.), labiérnago (Phillyrea angustifolia), lentisco (Pistacialentiscus) y palmito (Chamaerops humilis).
La Franja Costera:
Territorio bajo y arenoso constituido por sedimentos arcillosos del Cuaternario. Presenta un matorral denso formado por lentisco, retama, sabina y coscoja, así como el típico barrón (Ammophila arenaria).
La Campiña:
Un paisaje de terrenos alomados que ocupa todo el sector Norte del término municipal. Es un terreno propicio para la agricultura, de ahí que la vegetación arbórea haya prácticamente desaparecido, quedando agún que otro acebuche y un matorral denso de lentisco, coscoja y palmito.
El Parque Natural de la Breña y Marismas de Barbate:
De caracter marítimo y terrestre, cuenta con un total de 4.737 Ha de zonas protegidas en las que se distinguen cuatro ecosistemas de una alto valor ecológico:
Un acantilado costero que alcanza los 100 m. sobre el nivel del mar y se extiende desde los Caños de Meca hasta la playa de Yerbabuena. En la pared del acantilado se desarrollan comunidades vegetales adaptadas a ambientes salinos como la barrilla (Salsola vermiculata) y el almajo salado (Arthrocnemum macrostachyum). Nidifican aquí gran número de aves como la garcilla bueyera (bubulcus ibis), garceta (Egretta garcetta) y gaviota patiamarilla (larus cachinnnas).
El pinar, en el borde del acantilado. Es un extenso bosque de pino piñonero (pinus pinea) y algún pino carrasco (Pinus halepensis), acompañado de un denso matorral mediterráneo formado por lentisco, sabina, enebro, coscoja, romero. Entre la fauna encontramos cernícalos (Falco tinnunculus), lechuzas (Tyto alba) y ratoneros (Buteo Buteo).
Los sistemas marinos (940 Ha), que incluyen un área de fondos rocosos desprendidos del acantilado. Destacan varios tipos de algas y moluscos como el bígaro enano (Littorina neritoides) y la lapa (Patella caerulea).
Las Marismas del río Barbate, protegidas e incluidas dentro del Parque Natural en 1.994. constituyen un importante enclave de apoyo para el tránsito de aves desde las dos bahías gaditanas, así como zona de descanso en las rutas migratorias.
Entre otras especies, se pueden observar: terreras marismeñas (Calandrella rufescens), terreras comunes (Calandrella cinerea), cogujadas (Galeridas cristata), canasteras (Glareola pratincola), lavanderas blancas (Motacilla alba), boyeras (Motacilla cinerea), buitrones (Cistícola juncidis) y avefrías (Vanellus vanellus).
Entorno monumental de Barbate:
Pese a la reconocida actividad de Barbate en al Antiguedad -Portus Baesippo romano-, Edad Media -ermitas y necrópolis visigodas-, dominación árabe y conquista cristiana, la ciudad que actualmente conocemos es de fundación muy reciente. Alcanzada la segregación e independencia del municipio de Vejer en 1.938, la aldea barbateña, que había logrado su despegue económico y desarollo urbano en el mismo siglo XX, conocerá su definitiva configuración urbana. Fueron los años en que se acometieron las obras y construcciones públicas acordes a las nuevas necesidades: Mercado de Abastos y Matadero, Ayuntamientos e Iglesia Parroquial, entre otros. El caserío sin uniformidad en sus edificaciones alternará los modernos bloques de viviendas con las casas bajas de pescadores.
La actual Iglesia Parroquial de San Paulino, de arquitectura moderna y funcional, encuentra sus orígenes en una antigua iglesia del mismo nombre, que con distintas visicitudes, existió en la villa hasta este mismo siglo.
Ya fuera del recinto urbano se encuentra la Ermita de San Ambrosio, de nave única y fundación visigoda. Fechada su parte más antigua en el siglo VII, su actual estado es de ruina. Siguiendo el trazado de la costa y construidas a lo largo de la Edad Moderna como vigías de posibles asaltos piratas se levantan las Torres Almenaras de Trafalgar, Meca y del Tajo. Situadas en lugares estratégicos sobre los acantilados, y pese a incluir artillería, tenían carácter eminentemente preventivo.
Torres almenaras y Faro de Trafalgar; forman parte del sistema defensivo del litoral suratlántico levantado durante la Edad Moderna. La Torre del Tajo ó de la Tembladera (siglo XVI) está situada sobre el borde del acantilado del mismo nombre y se comunicaba hacia el este con el desaparecido Castillo de Santiago en Barbate y hacia el oeste con la Torre de Trafalgar, en el lugar que ahora ocupa del Faro del mismo nombre, levantado en 1.860 y reformado en 1.929. Las dificultades de visibilidad entre las dos torres determinaron la construcción de la Torre de la Meca (siglo XVII), sobre el cerro que le da nombre. Ambas se encuentran dentro del Parque Natural de la Breña y Marismas de Barbate y fueron restauradas en 1.993. En la cercana Zahara de los Atunes, y en muy mal estado, aún pueden contemplarse los restos del Castillo de la Almadraba, mandado construir en el siglo XVI por el duque de Medina Sidonia para proteger su almadraba.
Ciudades cercanas para visitar:
Vejer de la Frontera
Una imagen para atrapar la idiosincrasia de Vejer de la Frontera. Se trata de la indumentaria típica que todavía usan muchas de sus mujeres, ataviadas con trajes de paño oscuro de pies a cabeza, al estilo musulmán. Ellas son las "Cobijadas", una de las curiosidades que atraen hasta Vejer a miles de turistas al año. Ellos se encuentran con un pueblo de impresionante belleza, cuya personalidad está profundamente impregnada del regusto arábigo-andalusí, pero lo cierto es que Vejer se trasciende a sí mismo; es mucho más que su hermosa planta o su elevada visión del mar, sobre los 190 metros de altura donde se asienta el casco urbano. Su descubrimiento es labor paciente y pausada, tal como exige el tempo vital de los 12.793 vecinos que lo habitan. En Vejer hay que procurar superar el encantamiento inicial que produce su casco urbano, Conjunto Histórico-Artístico y Premio Nacional de Embellicimiento de Pueblos 1.978. No sólo embauca la arquitectura arábigo-andaluza en estado puro, sino también el paisaje circundante, donde se alternan y se conjugan marismas y playas, campiñas, bosques y montañas. Esta visión de conjunto se observa desde su paseo de la Corredera.
Conil
Se articula fundamentalmente en torno a sus playas, de una plástica dorada y siempre singular. En las proximidades del cabo de Roche existe una zona de cantiles entre los 10 y los 20 metros de altura, y que origina playas y pequeñas calas recónditas, como las de Varadero, Pitones, Camacho o Aceite. pero en sus 14 Km, de costa se pueden encontrar además las típicas y extensas playas de arena fina, como la de los Bateles, en el mismo pueblo, o las de Castilnovo, La Fontanilla, El Roqueo y Fuente del Gallo, en sus cercanías.
Algunos de estos tramos litorales son coronados por antiguas atalayas defensivas. Son las torres-vigías, que durante la Edad Media servían para supervisar las costas, siempre en constante peligro de incursiones hostiles. El río Salado y los sombríos pinares completan el entorno natural de un término municipal que, hacia el interior, sólo alcanza los 144 metros en La Vigía. Más al Este, las tierras litorales aumentan en altitud, para deleite visual del neófito.